La Iglesia criticó los cambios a la ley de biocombustibles que impulsa el gobierno

La Conferencia Episcopal de la Argentina se opone a la reducción en un 50% del corte obligatorio del gasoil con biodiesel que debate el Congreso.

La Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de la Argentina salió a criticar la reducción del uso del biocombustible para el corte obligatorio en la nafta y el gasoil que promueve el gobierno nacional en la nueva ley para el sector que debate la Cámara de Diputados. En un documento de dos páginas titulado «Acerca de la Importancia de los Biocombustibles», la Conferencia Episcopal arranca relatando el impacto positivo para el medio ambiente que tiene el uso de los biocombustibles.

«Ante la grave crisis ambietal que estamos atravesando, con gran compromiso, muchos países han asumido e incluso incrementado transformaciones de sus sistemas productivos o de transporte a raíz del Acuerdo de París, procurando revertir el aceleramiento del cambio climático, así como para la mitigación de sus consecuencias. Argentina es parte del grupo de estos países, y ha asumido grandes desafíos», señala el texto.

Y luego fustiga: «Sin embargo y contradiciendo esos lineamientos y metas, se ha presentado en la Cámara de Diputados de la Nación un Proyecto de Ley de Marco regulatorio de Biocombustibles, que implica un franco retroceso en la política ambiental argentina porque reduce el porcentaje de uso de biocombustibles establecido en la ley vigente«.

A continuación, el documento destaca los que considera son los «aspectos negativos» del proyecto:

1) Reduce el porcentaje de biocombustible en la mezcla de los combustibles en surtidor.

2) Se contradice y formula afirmaciones poco claras respecto de los costos asociados.

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3) Deja a la transición energética a criterio del mercado cuando es una política pública obligatoria.

4) Establece como Autoridad de Aplicación a la Secretaría de Energía, cuando debiera ser tripartita, integrando Energía, Ambiente y Desarrollo Sustentable y Producción Agropecuaria, dada la trascendencia de las cuestiones involucradas.

«La reducción del porcentaje de biocombustibles, contradice el Principio de Progresividad que establece la Ley General del Ambiente 25675 y del Acuerdo de París, ratificado por ley 27270 y por ende de jerarquía superior a las leyes nacionales (CN, art. 75, inc.22), así como mediante los NDC ya citados», sostiene la Conferencia Episcopal.

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La ley de biocombustibles expiró  el mes pasado y el gobierno la extendió por 60 días para darle tiempo a un proyecto de diputados K que cambia el esquema. El proyecto ya tuvo el visto bueno de comisiones y ahora espera a ser tratado en el recinto, cosa que no ocurrirá esta semana. Con el nuevo proyecto, el gobierno desechó la propuesta del Senado, que fue aprobada por unanimidad, de extender 4 años el régimen vigente para no discutir a las apuradas un nuevo marco normativo. Pero el gobierno busca cambiar el sistema y por eso insiste con el proyecto que está en la Cámara baja.

En líneas generales, el nuevo esquema que proponen los legisladores mantiene la regulación estatal (cupos y precios) para el abastecimiento interno de biodiesel a las petroleras para el corte, en beneficio de las pymes a las que se les entrega ese negocio. Si se saca esa regulación, el negocio quedaría en manos de los grandes traders que pueden ofrecer precios mejores. Pero como el gobierno también quiere quitarle presión a los precios de los combustibles en el surtidor, bajó el corte obligatorio (en el caso del biodiesel al 50%).

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El proyecto es resistido por los grandes fabricantes internacionales (los trades de granos) porque al reducir el corte y cerrarles el negocio para el consumo interno se quedan con mucha capacidad ociosa en las plantas.

«Es importante destacar que en Argentina no existe competencia entre biocombustible y alimentación animal, dado que el subproducto que deja el proceso de producción de biodiesel y bioetanol, es usado para alimentación animal, incluso con mejor aporte que el grano entero (tanto de maíz como de soja)», señala la Conferecia Episcopal.

«Al mismo tiempo, la producción de maíz, ayuda a equilibrar la rotación de cultivos. Es decir que para Argentina, es un biocombustible moderno, y se debería ampliar a biocombustibles de avanzada, a través del mayor aprovechamiento de residuos en su producción. La transformación de la matriz energética argentina, con transición progresiva, demanda la unión de voluntades, esfuerzos y acciones mancomunadas. La persona humana tiene en sus manos los medios que le provee la naturaleza misma para que nos sirvamos de ella de acuerdo al proyecto del Creador. A Él le pedimos que siga iluminando para que podamos discernir el uso racional de la energía y de los recursos naturales», cierra el comunicado.

 

Fuente: rosario3.com

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