Alberto Fiandesio cuestiona la designación de Darío Martínez en Energía

Recientemente se conoció el desplazamiento (secreto a voces) del Secretario de Energía de la Nación.

Se sabía, hace tiempo que no contaba con el beneplácito de casi nadie dentro del gobierno y, además, era atacado por algunos sectores.

Pero la salida del funcionario vino con “regalito” por parte doble.

Por un lado su reemplazante es un Diputado Nacional, presidente de la Comisión de Energía de ese poder legislativo.

Según nuestro conocimiento, prácticamente es el único antecedente que lo liga con la energía, además de provenir de la provincia del Neuquén lo que hace presumir una anexión, por ósmosis, a la problemática de los hidrocarburos. Pero sesgada, suponemos, al tema de Vaca Muerta.

Nos lamentamos de tamaña inserción de la política en la Secretaría de Energía que, históricamente, ha tenido representantes técnicos. Es cierto que no es fácil encontrar profesionales que dominen los hidrocarburos y la energía eléctrica al unísono, pero se soluciona con el nombramiento de técnicos en los puestos inferiores.

En nuestro entender, malo para el sector.

Pero la segunda sorpresa tiene todavía más condimentos políticos y se trata del traspaso de la Secretaría de Energía al área del Ministerio de Economía.

Realmente incomprensible.

En los noventa Energía dependía de Economía presidida al final del mandato por Roque Fernández pero había sido una época de privatizaciones y desregulación que ameritaba una mano fuerte en el sector por razones no energéticas.

Sinceramente, no vemos ahora que este traslado sea necesario. El actual ministro de Economía tiene por delante una tarea específica de su área que le llevará todo su tiempo. Quizás ese sea el objetivo.

Creemos que el actual ministro estaba en capacidad de seguir orientando el sector políticamente si mayor problema.

Conclusión. Como siempre, tendremos que ver el resultado, pero apriori nos parece malo para la energía en el país.