Tarjetas de subsidio a combustibles en México ¿Cómo funcionan?

El México los subsidios a los combustibles iniciaron en el 2006, pero desde el 2020 arrancó un programa para focalizar más beneficios a sectores específicos.

El precio de los combustibles se transformó en la principal demanda de las protestas que duraron 18 días en Ecuador, desde el 13 al 30 de junio pasado, y pese a que el Gobierno accedió a rebajar $ 0,15 al precio de cada galón de extra, ecopaís y diésel los diálogos entre el Ejecutivo y la dirigencia indígena, tras las paralizaciones, continúan enfocados en una posible focalización del subsidio, que representa alrededor de $ 3.000 millones al Estado.

El Gobierno baraja algunas alternativas y una es el uso de una tarjeta de cupo de combustibles. Los ministros de Energía y Minas y de Gobierno, Xavier Vera Grunauer y Francisco Jiménez, en su orden, se han referido a esta posibilidad. Este último ha indicado que han estado trabajando en propuestas, que hay “alternativas que hemos recibido de diferentes sectores y de varias experiencias, incluso de países como México y Uruguay. Vamos a llevarla a la mesa, discutirlas, a ver si tienen la viabilidad, y lo iremos definiendo”.

En México, por ejemplo, el subsidio de los combustibles (gasolinas y diésel) es el segundo en importancia, detrás de la subvención de la electricidad.

Según un estudio de la División de Economía del Centro de Investigación y Docencia Económica de México (CIDE), este subsidio se generó a partir del 2006 cuando el precio internacional del petróleo cruzó la línea de los $ 40 y $ 45 y el impuesto especial sobre gasolinas y diésel (IEPS) se convirtió en un subsidio, con lo que el mismo instrumento fiscal pasó de una recaudación neta del 1,2 % del producto interno bruto (PIB) a un subsidio de 223,7 millones de pesos mexicanos o el 1,8 % del PIB en el 2008.

Sin embargo, este es un subsidio abierto o general, como el que se aplica en Ecuador, aunque en el país azteca existen casos de focalización de subvenciones adicionales dirigidas a grupos específicos, como por ejemplo, el del transporte público en Ciudad de México, que en el 2022 cumple tres años de vigencia; pese a que en primera instancia iba a durar solo cinco meses y sería el modelo que el Gobierno ecuatoriano busca replicar.

Esta focalización, que se aplica a través de una tarjeta electrónica para la compra del combustible subsidiado, se inició en el 2020 como parte de un programa de mejora de la calidad del transporte público, de regularización de unidades y de profesionalización de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (Semovi) y como apoyo por el impacto de la pandemia del COVID-19.

En 2020, la Semovi entregó 17.580 tarjetas de combustible a los concesionarios de unidades de rutas y también de corredores de transporte con apoyos mensuales de entre 4.000 y 6.000 pesos mensuales. Para la entrega y administración de las tarjetas se contrató a la empresa Up Sí Vale.

Posteriormente, durante 2021, esta acción se implementó de nueva cuenta del 16 de agosto al 31 de diciembre, entregando 17.362 tarjetas de combustible, y el subsidio aumentó a 4.240 pesos y 6.350 pesos mensuales, según se trate de unidades de ruta o corredores de transporte.

Cada peso mexicano equivale a casi 5 centavos de dólar o cada 20,8 pesos mexicanos suman un dólar, es decir que ese subsidio habría subido de unos $ 204 a $ 305 tomando en cuenta la cotización actual.

Mientras, para el 2022 se tenía previsto que empezara en marzo pasado con una temporalidad de tres meses.

¿Cómo se utiliza la tarjeta electrónica?

Según explica la Gaceta Oficial de Ciudad de México, la tarjeta electrónica es el único medio de transferencia de los apoyos económicos y su uso estará restringido a la adquisición del tipo de combustible para la unidad a la que está asociada.

Además, las tarjetas electrónicas entregadas a los beneficiarios están asociadas a la matrícula (placa) de cada unidad.

En el 2020, cuando se inició la entrega de bonos de subsidios de combustibles para el sector transportista de pasajeros en Ciudad de México, la empresa Up Sí Vale fue la encargada de administrar las tarjetas y los fondos. Las tarjetas estaban asociadas a la placa del vehículo del beneficiario y al tipo de combustible que podía acceder, sea gasolina, diésel u otro.

Una vez entregadas las tarjetas electrónicas a los beneficiarios se da de alta en el sistema de monitoreo y control para posteriormente asignar el saldo correspondiente a la modalidad de apoyo otorgado. Los beneficiarios disponen de saldo en las tarjetas electrónicas siete días hábiles después de que les hayan sido entregadas.

También hay restricciones para el uso de estas tarjetas que pueden terminar en el bloqueo; estas son:

  • Utilizar la tarjeta electrónica para adquirir combustible para una unidad o vehículo con matrícula (placa) distinto al asociado con la tarjeta.
  • Utilizar la tarjeta electrónica para adquirir combustible en recipientes, bidones u otro tipo de contenedor.
  • Utilizar la tarjeta electrónica para adquirir combustible en establecimientos fuera de la zona determinada.
  • Utilizar la tarjeta electrónica para adquirir un tipo de combustible distinto al registrado.

En tanto, el viernes pasado, el gobierno federal mexicano informó que los estímulos fiscales otorgados a gasolina y diésel en el periodo de enero a junio del 2022, en general, rebasaron los 159.000 millones de pesos, superando así el presupuesto anual de las secretarías de Seguridad Pública, Cultura y Medio Ambiente. (I)

 

Fuente: eluniverso.com.ar

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