Biocombustibles: el bioetanol está mejor que el biodiesel

El tipo de cambio alto y las restricciones por la COVID-19 hicieron que aumentara la circulación interna y eso llevó a un mayor consumo de naftas. La preocupación es la política de precios.

Las empresas que fabrican biocombustibles parecen ir de a poco superando los momentos de zozobra que vivieron hasta hace seis meses , aunque aún están lejos de tener un respiro definitivo, sobre todo las que se dedican al biodiesel, ya que la demanda no repuntó lo suficiente y los precios, congelados desde hace un tiempo, dejan la rentabilidad en el mínimo.

En cambio la actualidad para el bioetanol es mucho más desahogada, pero siempre dentro de un contexto nacional en el que los costos son una variable amenazante, a lo que hay que sumar la competencia velada con las petroleras, que preferirían cortar su producción con el menor porcentaje posible de biocombustibles.

El corte obligatorio para las naftas con bioetanol llega al 12%. En cambio en biodiesel es del 5% y la ley autoriza bajarlo al tres por ciento.

La revista El Campo consultó a Federico Szuchet, integrante de la familia que controla Diaser, la única firma que produce biocombustibles en San Luis, para que brindara un panorama de cómo está el sector en el cierre del año. “Son realidades distintas las que atraviesan el bioetanol y el biodiesel. El primero, que es el que deben usar las petroleras para cortar las naftas y que nosotros fabricamos a base de maíz en nuestra planta de San Luis, tiene una excesiva demanda, un pico histórico desde hace tres meses debido a que hay un elevado consumo de combustibles fósiles”, arrancó el empresario puntano, quien aseguró que en las charlas con sus clientes, que son las petroleras, no surgió un motivo claro para el repunte: “No saben si hay un movimiento adicional de la gente en todo el país o se debe a que por el dólar caro y la falta de recursos hay menos disponibilidad para ir al exterior, lo que redunda en más circulación interna. Sobre todo subió el consumo de naftas los fines de semana, otra opción que barajan es que por la pandemia la gente ya no elige el transporte público y saca más el auto. Se está importando nafta inclusive y eso por supuesto que tracciona la demanda de etanol”.

En cuanto al precio, el panorama no es tan alentador. “Está realmente atrasado y mientras tanto a nosotros se nos incrementaron los costos, mientras el valor que fija la Secretaría de Energía sigue congelado hace varias meses. Estamos reclamando por una actualización, pero la nafta también tiene sus precios frenados y entonces es imposible que lo actualicen”.

En materia de biodiesel, que Diaser fabrica en su planta de Villa Mercedes, la demanda está muy baja. “Se está cortando con el 5%, aunque la ley prevé que puede bajarse al 3%. Esto afecta a las empresas, porque trabajamos muy por debajo de la capacidad instalada y los costos fijos se vuelven pesados. Pero de todas maneras la situación general es mejor que hace seis meses, cuando estábamos sin trabajar”, aseguró Szuchet.

Comparando la situación con la de seis meses atrás, es mucho mejor. Al menos tenemos ambas plantas trabajando.

Sobre los precios, hay un sendero marcado por las autoridades que llega hasta mayo. “El riesgo es que el costo se mueva por una suba del aceite de soja o por la inflación, que sigue incontrolable. Tenemos bajas expectativas, hoy queremos no perder plata. El número está fino, pero se puede trabajar. Un incremento del aceite de soja nos complicaría muchísimo porque es el principal insumo, si se da, seguramente se va a erosionar el margen y nos podemos volver inviables otra vez”, advierte.

Consultado específicamente por el día a día de ambas plantas, el empresario aseguró que “en bioetanol estamos trabajando con una alta capacidad, luchando con cada detalle para ser más eficientes y bajar los costos al mínimo. El número es muy fino, debido a que subió mucho el maíz. Obvio que necesitamos una actualización de precios, pero hoy lo compensamos con volumen. En cuanto a biodiesel, estamos trabajando de manera intermitente, hay poca demanda, eso complica un poco la gestión y la sustentabilidad de la planta. Siempre comparando con la crisis de seis meses atrás, la situación es levemente mejor. Hoy están trabajando las dos plantas y eso es una tranquilidad para muchas familias”.

 

Fuente: eldiariodelarepublica.com

 

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