Consumidores reaccionan a los precios y empresas cambian estrategias comerciales.

El mercado ya no se fija tanto en el “caro, pero el mejor”, sino más bien en el “bueno, bonito y barato”

Ayer la empresa AXION se sumó a la movida de precios iniciada por SHELL y reafirmada por YPF; la ex ESSO incrementó los precios de sus productos en un promedio del 1,60% (casi igual que la suba de YPF). Luego de esta variación, el equilibrio de precios entre las tres principales compañías del mercado, quedó de la siguiente manera:

Si bien estos son los valores a los que venden muchas estaciones de servicio AXION, cierto es que muchas otras han optado por igualar o acercarse más a los precios de YPF, con el fin de disputarle parte de la participación de mercado que la empresa quasi estatal ha logrado en gran medida por su política de tener los precios más bajos de cada zona del país. Claro que para hacerlo, los estacioneros de la sigla AXION han debido resignar una parte de su rentabilidad.

En el último año, el precio ha pasado a ser determinante a la hora de elegir un  combustible; durante el año 2017 había crecido fuertemente la participación de los productos premium sobre el total de las ventas, pero esta situación se fue revirtiendo durante el año 2018. Por caso, en enero del 2019 los combustibles premium representaban el 35,3% del total de combustibles de uso automotor comercializado en las estaciones de servicio. Ese porcentaje había caído al 29,6% al mes de diciembre (últimos datos oficiales conocidos), y ha continuado cayendo.

SHELL, empresa que se ubica en el sector superior de los precios de venta, lograba a pesar de esto crecer en las ventas hasta mediados del año 2018, en que comenzó a caer, cediéndole participación en el mercado a AXION y en menor medida a YPF.

Esto fue muy notorio en el mes de octubre del 2018 en que tuvo una baja del 10,96%, continuando con resultados interanuales negativos en los meses siguientes, llegando a diciembre con una variación en menos del 5,98%.

Mención aparte merece el fuerte crecimiento de las conversiones de vehículos a GNC, el que sería mucho mayor de existir financiamientos más accesibles para una cantidad importante de automovilistas que desearían pasarse a ese producto, pero tienen dificultades para pagar el equipo.

Todo hace suponer que los precios de los combustibles continuarán subiendo por lo menos en la misma proporción que el IPC (Indice de precios al consumidor), lo que sumado a la falta de disponibilidad de dinero por parte de particulares y empresas Pyme, seguramente hará que el acento en materia de elección de los combustibles esté en los precios.

 

 

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