El petróleo local sale 15% menos pero todavía no tiene impacto en naftas

Las refinadoras empiezan a dejar de tener pérdidas y pueden recuperar ingresos. Se desmorona el crudo en el mundo y podrían bajar los combustibles.

Por una fenomenal baja en los precios del petróleo, las empresas refinadoras de petróleo, entre las que se cuentan YPF, Axion (de Pan American Energy), Raízen (que es licenciataria de la marca Shell) y Trafigura (que comercializa con Puma Energy, ex Petrobras), ya empiezan a dejar de tener pérdidas o, al menos, achicarlas al mínimo.

Según le comentó a El Cronista el CEO de una de estas compañías, la reducción en los valores del crudo permite a las refinadoras dejar de perder dinero y empezar, levemente, a aumentar sus márgenes.

Este mes, ese grupo pudo comprar la materia prima entre un 10% y un 15% más barato que en noviembre, aunque todavía resta ver si estos cambios en el mercado internacional redundan después en una fuerte baja en los precios de naftas y gasoil.

La semana pasada, el petróleo Brent (que se negocia en Londres y es la referencia para el mercado local) cerró por debajo de los u$s 55 por barril, y el viernes llegó a costar en un momento menos de u$s 53.

Las operaciones de comercialización entre productoras y refinadoras, en el caso de las no integradas, se negociaron para enero en torno a los u$s 55, por efecto de las retenciones, cuando a principios de la semana pasada valía u$s 60.

Se trata de una disminución de al menos u$s 10 o entre 10% y 15% en relación al precio que se pactó en noviembre para el petróleo a refinar en diciembre, que se comercializó en torno a los u$s 65 por barril.

Con el tipo de cambio relativamente estable en el mes (el 30 de noviembre el minorista del Banco Nación estaba a $ 38,60 por dólar, mientras que el viernes cerró en $ 39), la retracción en los precios de los combustibles líquidos que se venden en estaciones de servicio debería ser fuerte, aunque nadie se atreve a adelantar, por el momento, un porcentaje.

De todas maneras, habrá que esperar hasta las últimas cotizaciones del mes para luego proceder.

El valor del petróleo crudo representa cerca de un 80% del precio final de las naftas. De mantenerse la actual situación y en línea con lo que determine YPF, las refinadoras deberán decidir si pueden achicar sus pérdidas y empezar a recuperar lo perdido este año o trasladar la buena nueva al público.

Tal como contó semanas atrás este diario, las firmas que refinan y venden combustibles denuncian una pérdida en conjunto de entre u$s 1000 millones y u$s 1500 millones para todo 2018.

Es porque entre mayo y noviembre no pudieron aumentar lo que consideraban necesario en medio de una combinación de la devaluación y la suba de precios del petróleo.

En el peor momento de la «tormenta», a fines de agosto, la brecha entre los valores de mercado y los trasladados a los consumidores en las estaciones de servicio llegó a estar entre 25% y 30%. Así fue que en septiembre hubo cuatro incrementos que totalizaron un 24%.

Otras empresas consultadas contestaron que recién ahora están «llegando al punto de equilibrio», aunque eso no significa que estén dejando de perder dinero. «Todo el año corrimos desde atrás; la devaluación fue gigante y jamás se pudo pasar esa diferencia al surtidor», dijeron.

A su vez, sostuvieron que «hubo 14 aumentos de las naftas en el año porque no se pudo hacer todo en una, dos o tres veces«, como entienden que hubiera correspondido.

Vaca Muerta, en peligro

Más allá de eso, los actuales precios en el mundo ponen una luz de alerta sobre el futuro de Vaca Muerta, la formación de petróleo y gas no convencional emplazada en la Cuenca Neuquina.

Algunos productores afirman que a menos de u$s 50 por barril, varios proyectos de extracción de petróleo -sobre todo aquellos que recién están en etapa piloto- no dejan buenos márgenes de ganancias y no justifican multimillonarias inversiones.

Sin ir más lejos, YPF diseñó su Plan Estratégico 2019-2023 con la proyección de que el crudo estaría entre u$s 60 y u$s 70 por barril.

Por todo esto, piden que en la comercialización local del petróleo no se aplique un esquema de paridad de exportación (export parity), que disminuye los precios internos por el efecto de las retenciones -apenas superiores al 10%, con este tipo de cambio-. En especial, porque el crudo liviano por el momento no se exporta.

El CEO de una importante refinadora, bajo reserva de nombre, explicó : «Las retenciones se aplican para todo. Si los productores lo exportaran, cobrarían lo mismo».

Un par suyo, en privado, agregó: «Hoy es más eficiente comprar el petróleo en Argentina«. Sin embargo, no descartó que en un futuro próximo pueda pasar que el crudo producido localmente se exporte y las refinadoras argentinas importen petróleo o combustibles para el mercado local.

 

Fuente: Cronista

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