Valores de combustibles: ¿precios cuidados?

Por el Ing. Alberto Fiandesio, ex Subsecretario de Combustibles. Publicado en su sitio todohidrocarburos.com

Actualizando los valores de márgenes brutos de refinación a noviembre de 2019 (último dato disponible), caemos en la cuenta que tanto los valores de crudo como combustibles en planta de despacho sin impuestos, prácticamente, no sufrieron modificaciones respecto al mes anterior.

Y caímos en la cuenta que regía el “congelamiento” dispuesto por la anterior administración sobre esos valores.

Tras el cambio de gobierno no han cambiado las cosas porque, tras la pretensión del presidente de YPF S.A. de incrementar los precios para calmar la presión del incremento del crudo internacional por la acción norteamericana en Irán, vino la “orden” del ejecutivo de no modificar el statu quo.

O sea, sigue el congelamiento.

Lo extraño es que los precios siguen siendo libres (en realidad debiera cambiar la Constitución Nacional para que no lo fueran) y el resto de las empresas, que no tienen porqué responder al “llamado” oficial, se quedaron sin respuesta.

Y no nos vengan conque YPF es la que marca los precios del mercado porque SHELL CAPSA mantuvo durante años sus valores marcadamente por encima y no resignó una décima de participación.

Ahora, ¿Cuándo sube el precio internacional del crudo, debe subir el doméstico? Un teórico diría que sí, inevitablemente. Porque estando el país enmarcado en el comercio internacional, la alternativa del productor es la exportación. Entonces, al momento de la negociación de precios el productor pone el valor de indiferencia. Esto es, la exportación. Pero el refinador le dice: Esperá: tenés que pagar derechos si exportás. Y surge la fórmula mágica del valor en el mercado interno, a igualdad de calidad:

PMI = PEX – DEX

Siendo:

PMI: Precio Mercado Interno

PEX: Precio Exportación

DEX: Derechos de Exportación

Volvamos a la pregunta: ¿Debe aumentar el valor doméstico? Si aplicamos la fórmula, evidentemente debe subir.

¿Sucede en nuestro país? La mayoría de las veces no. Por diversas cuestiones. Principalmente la intervención de los sucesivos gobiernos (con Secretarios de Comercio agresivos, entre otros).

Pero también ayuda el comportamiento del “mercado”. Siempre existen causas subyacentes de apartamiento de los términos y condiciones internacionales nunca aclaradas debidamente.

Los años más transparentes para un comportamiento lógico del mercado fueron los noventa, los años inmediatos posteriores a la desregulación. Claro, dirían algunos, fue fácil porque el crudo estuvo en sus valores históricos más bajos. Era cuando se utilizaba la WTI (West Texas Intermediate) como “marcador”. Inexplicablemente, cuando el Brent empezó a superar al WTI en su valor, el “mercado” argentino decidió “brentizar” la actividad. Habrá sido casualidad,

Pero en los noventa, el comportamiento del “downstrean” petrolero no estuvo a la altura. Se perdió la oportunidad de mostrar a la clase política nacional que el sector era responsable y que podía actuar a nivel de las grandes corporaciones internacionales.

De esa forma, el valor de la nafta súper en surtidor fue, en esa época, hasta 30% superior a su paridad de importación. ¿Por qué? Barreras no arancelarias que impedían el ingreso fluido de producto importado, por ejemplo facilidades portuarias, canales de distribución (estaciones de servicio de bandera) y cuestiones impositivas. El gas oil, con menos barreras de distribución se vendía entre el 5% y el 10% de su “import parity”.

Esta larga introducción para explicar que el régimen de Precios Cuidados ha llegado al sector … sin decirlo.

Veamos lo sucedido con los precios y los márgenes.

En ambos productos, el promedio de 2019 (hasta noviembre inclusive) es el menor de los últimos cuatro años.

 

CONCLUSION

Resulta difícil, en nuestro país, obtener conclusiones cuando las fuerzas externas actúan de forma tal que se hace casi imposible aislar sus efectos.

En general, los intentos de aplicar sistemas de mercado abierto han fracasado por:

  1. Intervención estatal
  2. Poca resistencia empresarial a esos embates y cierta comodidad bajo regímenes intervencionistas
  3. Falta de mecanismos fuertes de Defensa de la Competencia y Defensa del Consumidor que nos haga sentir cómodos frente a la libertad de comercio.

 

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