Al menos el 8% de las gasolineras mejicanas “rastrillan” el combustible.

Un dispositivo electrónico llamado "rastrillo" que se adapta a los surtidores de gasolina es usado en gasolineras de Méjico para entregar menos combustible del que debería expenderse en la venta a los consumidores.

Al menos 8% de las estaciones de servicio en México, usan el sistema cuya identificación y desmantelamiento implica un lento proceso, anunció el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield Padilla.

Cada lunes, la rueda de prensa del mandatario Andrés Manuel López Obrador integra al titular de Profeco para brindar detalles de los programas de verificaciones de venta de gasolinas al consumidor «Quien es quien en los precios» y «Litros de litro», con los resultados de las inspecciones semanales que hace la dependencia.

Según el funcionario, el rastrillo hace posible la reducción a distancia de los porcentajes de gasolina a voluntad de los técnicos de cada gasolinera, así como decidir horarios y días para lograrlo.

La semana anterior fue identificado un dispositivo de ese tipo en la gasolinera de Luis Barrera Llanos en Monclova, Coahuila. Y a pesar de que se trató de una tarjeta rudimentaria, el proceso es todavía más sofisticado en otras gasolineras de México, aclaró.

Cada semana, Profeco hace la revisión de 125 gasolineras y esta ocasión halló irregularidades en 25 casos por servir menos combustible del que venden, también cinco estaciones rechazaron la inspección.

Una gasolinera de la colonia Progreso fue clausurada por la Procuraduría Federal del Consumidor, por utilizar el software conocido como “rastrillo” para despachar menos litros.

La estación de servicio con numero de permiso PL/10220/EXP/ES/2015 recibió al personal de Profeco el pasado 13 de junio y en los dispensarios (surtidores) detectaron elementos ajenos a los sistemas de medición por lo que se inmovilizaron todas las posiciones de carga.

Empresarios de la región omitieron dar declaraciones al respecto.

La prensa intentó localizar a Andrés Oyervides, ex presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) y a Marco Ramón García, quien es presidente de Coparmex. Sin embargo, ninguno de los dos estuvo disponible en sus oficinas ni vía telefónica: ambos han sido constantes críticos en relación a temas de seguridad así como en el robo de combustible. García solo se limitó a avisar mediante mensaje que se encontraba en la capital coahuilense atendiendo unos asuntos, mientras que por parte de Oyervides no hubo respuesta.

Al acudir a la estación de servicio clausurada no se encontró a personal activo ni de guardia y menos administrativos, pues únicamente se encontraron cordones amarillos así como la bomba en que se encontró el dispositivo remoto.

 

 

Los comentarios están cerrados.