Las autonomías españolas no quieren autoservicio

El negocio de las estaciones de servicio se eleva a 40.000 millones de euros

“La normativa autonómica frena la implantación de gasolineras automáticas”. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio publicado recientemente por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

El negocio de las estaciones de servicio mueve unos 40.000 millones de euros al año, alrededor de un 4% del PIB español. En España había, a finales del 2018, un total de 11.646 estaciones de servicio, de las cuales sólo 876 son de servicio automático, según la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae). Es decir, tanto el repostaje, como el pago del carburante lo lleva a cabo el propio conductor. De media, el precio de los carburantes en esas estaciones de servicio es un 2% más barato.

El negocio de la venta de carburantes para los vehículos en España está monopolizado por tres operadores verticalmente integrados con actividades de refino, como son Repsol, Cepsa y BP. Después, hay un grupo de operadores mayoristas sin capacidad de refino, pero abanderadas por una marca. En este grupo se encuentran compañías como Disa, ERG Petroleos, Esergui, Fuel Iberia, Galp, Kuwait Petroleum España, Meroil, Noroil, Saras Energía, Shell, Total o Tomoil. Por último, hay un tercer grupo, vinculado en ocasiones a grupos de distribución, que operan de forma independiente sin contratos de exclusividad.

Los primeros espadas de las tres grandes enseñas ya presionaron a la anterior ministra de Trabajo, Fátima Báñez, afirmando que se destruiría empleo si empezaban a implantar estaciones de servicio automáticas. La misma idea plantearon antes del verano a la actual ministra en funciones de Industria, Reyes Maroto, tras el anuncio del Gobierno de Pedro Sánchez de apostar por el vehículo eléctrico.

El porcentaje de gasolineras automáticas implantadas en España está muy lejos de otros países europeos, donde este tipo de estaciones es cada vez más habitual. A la cabeza se sitúan países como Dinamarca o Suecia, donde el 65,9% y el 61,1%, respectivamente, son gasolineras de este formato innovador. Les siguen Holanda (23,7%), Bélgica (18,6%), Austria (10,8%) y Francia (8,8%). Con porcentajes por debajo de España (7,5%) figuran otros países como Alemania (4,6%), Reino Unido (2,9%) o Italia (0,7%), según un informe de Civic Consulting.

En España, en Catalunya, Valencia, Andalucía y Madrid se ubican el 72% de este tipo de estaciones de servicio.

La CNMC relata que las comunidades autónomas se amparan en factores como inseguridad, protección al consumidor, protección de los discapacitados o el mantenimiento de los actuales empleos para limitar la implantación de este tipo de gasolineras. Sin embargo, el organismo regulador recuerda que las cooperativas agrícolas llevan “décadas” funcionando con ese sistema sin que se hayan producido accidentes graves.

 

Fuente: lavanguardia.com

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