Por el Dr. Pedro Llorvandi analiza la situación en la comercialización de combustibles.

En una entrevista concedida al diario El Liberal, el presidente de CEPASE, la Cámara de Santiago del Estero e integrante de la Confederación nacional CECHA, resume lo ocurrido desde el 12 de agosto.

El sector de los combustibles atraviesa una coyuntura complicada. Para entender lo que estamos viviendo hay que remontarse al lunes 12 de agosto, tras las Paso. Ese día el dólar se disparó un 30% en su cotización. Nuestro sector es muy sensible a tres ítems que conforman la base de composición de los precios de los combustibles líquidos.

La primera variable es el precio del petróleo internacional que es un comodity, que se compra y vende en el mundo y tiene precio internacional. El segundo ítem, es el precio del dólar oficial en la Argentina. Ese lunes 12 el precio saltó un  30% arriba de su valor con lo cual era inexorable un traslado a precios. El tercer factor que incide en la formación de precios de los combustibles es la inflación en el país que desvirtúa en aumento a la estructura de costos de nuestras empresas. La inflación en la Argentina en el primer cuatrimestre de este 2019 estuvo mensualmente por arriba del 3%.

Los países vecinos como por ejemplo Chile, tienen una inflación anual del 4%. Perú entre 2 a 3% anual, Uruguay el 5 ó 6% anual, entonces eso también complica. Pero, esta fuerte devaluación del lunes 12, inexorablemente iba a terminar trasladándose a precios. Hay que destacar que cuando se produce una devaluación así, el traslado a precios no es del 100%, sino que es prácticamente una tercera parte del porcentual de devaluación con lo cual si la devaluación fue del 30%, el impacto a precios, el traslado al surtidor iba a ser de un 10%.

No obstante, el interrogante que aún hoy permanece latente y fue motivo posterior del congelamiento de precios, es quién se haría cargo, quién haría frente a ese 10% de suba ocasionado por la devaluación.

Cuando se analiza quiénes son los jugadores del mercado de combustibles, no son muchos. El primero es el Estado nacional. El segundo, las petroleras. El tercero, las productoras de petróleo y el cuarto jugador, las provincias productoras de petróleo. Después, estamos los jugadores que son los representantes de los empresarios, en este caso la confederación Cecha que representa a las estaciones de servicio de todo el país. Y, también, el sindicato de empleados de estaciones de servicio (Soesgype) que estamos también ahí. Pero, con una incidencia hasta ahora, relativa, con lo cual pedimos ahora tener un poco más de participación.

En un primer momento, a esto mayores costos ocasionados por la devaluación, el Gobierno nacional amenazó que si las petroleras aumentaban los precios,  podía derivar en un congelamiento con la aplicación de la Ley de Abastecimiento. A su vez, las petroleras, respondieron que no iban a  absorber los costos. Los productores de petróleo señalaron que iban a vender a precio internacional multiplicado por el dólar oficial, que el lunes 12 subió un 30%.

En ese marco, hubo dos días de intensas negociaciones en las que ninguno de los jugadores cedió su posición. No se pudo llegar a un acuerdo, a un punto de entendimiento entre las partes que era necesario. Por eso el Gobierno congeló los precios retroactivos al 9 de agosto de 2019 con la Ley de Abastecimiento. Con esa medida los precios del combustible, del petróleo y del dólar de multiplicación quedaron en $45.19.

Con este mar de fondo, la primera lectura que se hace es que el Gobierno aplicó el congelamiento porque ninguna de las partes cedió nada. El Estado nacional no quiso ceder el mayor costo que le iba a significar el aumento de precios, las petroleras adoptaron una posición de decir que si consiguen el petróleo al mismo precio pueden adoptar la medida, porque sino no responden con mayores costos que pudiera causar porque el Estado les garantiza la producción de petróleo, al mismo precio que la semana anterior a las elecciones, el 9 de agosto.

Ahora bien. El problema está dado en las productoras de petróleo que las obligan a vender el  petróleo al precio de la semana del 9 de agosto con el valor del barril del 9 de agosto y también el precio de multiplicación de ese día que era de $45,19. Hay que tener en cuenta que esa semana el dólar ya está por encima de los $62. Pero a las productoras las obligan a vender el petróleo que producen a $45,19.

Por su parte, las provincias productoras de petróleo lo que dicen es que ellas están resignando ingresos, que deberían tener un 30% más de aumento y que lo están resignando. En definitiva, nadie en esta situación antes y tampoco ahora, quiere ceder nada. A nadie le interesa llegar a un acuerdo o un entendimiento. Nadie quiere perder caja, ninguno quiere perder posición en su lucha contra el sistema energético argentino.

Sin embargo, el problema no es el ahora, el hoy, sino que ya estamos con una cuenta regresiva: el día 90. Hacia atrás, hay decisiones que ya fueron tomadas, lo hecho, hecho está. Cada una de las partes que intervienen ya han dado muestras que no van a ceder un ápice en su posición original, de hecho no se ha llegado a un punto de encuentro. Ahora, la pregunta hacia adelante es porq ué no nos sentamos todas las partes de la mesa, las 6 partes donde estén representados el Gobierno nacional, los gobiernos provinciales, las provincias productoras de petróleo, petroleras, sindicatos de estaciones de servicio y cámaras empresarias de estaciones de servicio para que todos podamos empezar a delinear cuál va a ser el camino de salida para esta situación el día 91, el día 92 y los subsiguientes, cuando caiga el congelamiento porque si nó se van a venir tiempos difíciles, muy complicados.

Puedo decir sin temor a equivocarme que si no se hace un camino de salida, una ruta en la cual todos en común acuerdo podamos salir después del día 90, los combustibles van a tener una disminución muy pronunciada en los volúmenes de venta por el fuerte impacto que pueden llegar a tener la actualización de los precios de los combustibles en la Argentina. Entonces, es muy importante sentarnos todas las partes intervinientes y con responsabilidad en el tema energético en la Argentina para que responsablemente en una mesa de diálogo y de consenso busquemos la salida y el camino para empezar a transitarlo a partir del día 90 que finaliza el 14 de noviembre de 2019. Esperemos que todos pongan su granito de arena y que finalmente se pueda llegar a ese punto de entendimiento y de criterio para un camino de consenso.

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