Si falta combustible, crece la incertidumbre

Hay oferta nula o restringida de gasoil grado 2 (el que usan casi todos los camiones) en el 56 por ciento de las estaciones de servicio, lo cual afecta de modo directo a la economía del país.

La escasez de gasoil para el transporte de carga sigue afectando a gran parte del país. Las autoridades del sector energético implementaron, hace unos meses, medidas temporales de emergencia y especularon con una pronta solución por un aumento de la importación y una disminución de la demanda. La realidad es que los camiones aún tienen problemas para abastecerse, sobre todo en zonas alejadas de los grandes centros urbanos.

A fines de 2021, el Gobierno nacional recibió varios informes que proyectaban una importante falta de gasoil para este año. Sin embargo, nada se hizo. La crisis se precipitó hacia marzo y alcanzó su pico más dramático en junio, cuando se paralizó casi por completo el transporte de carga. Hubo miles de camiones varados al costado de las rutas. La entrada de carga a los puertos se redujo en un 80 por ciento. Y las protestas de los camioneros sólo se diluyeron tras una inconcebible tragedia: por sortear un piquete, un transportista fue perseguido por un grupo de manifestantes que apedrearon su vehículo. El conductor perdió el control, volcó y falleció.

El Gobierno sostuvo que en julio todo volvería a la normalidad. Promediamos septiembre y el abastecimiento sigue siendo crítico. La entidad que agrupa a las empresas transportistas de carga hizo un relevamiento en varias rutas de una amplia región del país: detectó que hay oferta nula o restringida de gasoil grado 2 (el que usan casi todos los camiones) en el 56 por ciento de las estaciones de servicio. Para ser gráficos, en una de cada dos estaciones, no pueden adquirirlo normalmente.

Pero, además, está la cuestión del precio, que sigue las lógicas del mercado. Cuanto más barato es el gasoil, más cuesta encontrarlo. Donde hay cupo de carga, el precio es un poco más elevado. Las que tienen libre disponibilidad lo venden más caro. La diferencia entre el más barato y el más caro puede ser de 40 pesos por litro.

Cada 400 litros de carga –que, en promedio, consume un camión cada mil kilómetros–, la diferencia de precios implica un costo adicional de 16 mil pesos. Pero si se paga algo menos en las estaciones con cupo, hay que esperar hasta el día siguiente para completar la carga, y esas horas perdidas también representan un costo extra. ¿Cómo se hace entonces para presupuestar un viaje?

Cuando la incertidumbre manda, la actividad económica se torna inestable y a cada uno de los actores se le vuelve difícil proyectar su negocio. El faltante del gasoil no afecta sólo al transportista. Por un lado, al encarecer el desplazamiento de una carga cualquiera, altera los costos de quienes adquieren esas mercaderías, cuyos precios también subirán para compensar el cargo extra. Por otro lado, si las estaciones de servicio tienen menos combustible para vender, se reducen sus ingresos: ¿cómo hacen para cubrir con una menor caja sus gastos fijos? ¿Reducen personal, por ejemplo?

 

Fuente: La Voz

 

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