Francisco Spasaro. «Hay mucho interés por los camiones a GNC»

El gerente de Marketing de Iveco Argentina destaca las repercusiones de los nuevos modelos

A cuatro meses de la presentación que hizo Iveco de los primeros camiones a gas natural comprimido que ya se venden en la Argentina, Francisco Spasaro, gerente de Marketing de la terminal local, marcó los desafíos que plantea el uso del GNC en los vehículos comerciales en el país.

A nivel mundial, la marca ya dispone de vehículos a GNC, GNL y otras tecnologías alternativas. Con esa experiencia, la decisión de presentar en la Argentina los flamantes modelos demandó un proceso de dos años, ya que «la legislación específica referida a GNC estaba pensada para transformadores. Esa normativa imposibilitó que las terminales pudieran ofrecer vehículos desde fábrica», dijo.

Según el directivo, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) trabajó desde 2018 en la evolución de esa normativa, que reconoció como válidas las homologaciones a gas europeas. Esa acción permitió importar los vehículos correspondientes. «Hoy Enargas está trabajando en una normativa similar pero para producción local», afirmó Spasaro y destacó que otro aspecto importante es la disponibilidad del recurso natural de GNC y el proyecto de Vaca Muerta. «Pasamos de un país que todavía continúa en una emergencia energética, que importaba gas a ser el año próximo un país exportador».

-¿Es posible cambiar la matriz energética del transporte en el país?

-Creo que sí, pero va a llevar mucho tiempo. La experiencia europea comenzó con un volumen muy bajo de unidades con combustibles alternativos. Siete u ocho años después, ocupan el 5% del mercado total -el 95% siguen siendo vehículos a diésel-. Aquí las condiciones son más favorables que las europeas, en el sentido de que hay un spread (margen) de costo de combustible más grande que en Europa. En la Argentina, la justificación es más amplia. Existen dos aspectos relacionados con el gas: uno es el ambiental y el otro es el económico, que es la reducción de costos operativos con la disminución del valor del combustible.

-Desde el lanzamiento de los camiones a GNC, ¿qué devolución tuvieron por parte de los transportistas?

-Demostraron mucho interés, tuvimos varias reuniones y allí surgieron preguntas como qué pasaría si se daba un posible cambio por otras opciones energéticas. Les preocupaba cuál sería el valor de reventa de esa inversión. Es una duda comprensible, pero no creemos que el mercado migre hacia otra alternativa. Otra duda fue cuánto más cuesta esta tecnología, en relación con el valor de un vehículo diésel; y otra fue sobre la vida útil del motor. A partir de las respuestas el interés de los transportistas creció.

 

Fuente: La Nación

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