Cambiantes políticas de precios del gobierno y las petroleras
En el mes de octubre del año pasado, los precios de los combustibles quedaron liberados y el entonces Ministro de Energía Ing. Juan José Aranguren dijo que era en forma definitiva.
Sin embargo y ante las subas sostenidas del petróleo a nivel internacional y del dólar en nuestro país, en ministro tuvo que llamar a las refinadoras y hacer un acuerdo, desvirtuando así la liberación. El pacto consistía en un congelamiento de precios por 60 días, es decir hasta el 30 de junio y un incremento del 3% en julio, con revisiones mensuales a fin de compensar el atraso en los valores. En menos de 30 días el acuerdo ya se había modificado, ya que coincidentemente con el ajuste trimestral del Impuesto a los Combustibles Líquidos y el Impuesto al Dióxido de Carbono estipulados por ley, se concedió un aumento en el valor neto de naftas y gasoils. Llegado el mes de julio, nuevamente se modificó el acuerdo, ya que los aumentos no fueron del 3% tal como estaba acordado, sino que superaron con creces el 5%, llegando en algunos casos al 12%.
Lo cierto es que aún con estos precios no se logró compensar el encarecimiento de la producción generado por los incrementos de petróleo, dólar y biocombustibles (factores determinantes en la estructura de costos). Las refinadoras comenzaron entonces a retacear la provisión de combustibles en el segmento mayorista, es decir a los distribuidores, las que le venden al agro, transporte, industria y a las estaciones de servicio blancas (sin marca); a partir de ese momento las casi 800 estaciones de este tipo existentes en el país, comenzaron a padecer un desabastecimiento que hasta el día de la fecha las afecta gravemente.
Javier Iguacel
Ante el nuevo escenario, las distintas cámaras empresarias del sector comenzaron a denunciar esta situación a los medios de prensa y a las autoridades de gobierno. El nuevo ministro de Energía Javier Iguacel, manifestó entonces en reiteradas oportunidades que los precios estaban liberados y que cada refinadora podía establecer los valores que creyeran adecuados, compitiendo entre sí; desmentía además que hubiera problemas de abastecimiento. Sin embargo el problema existía y sigue existiendo en todo el país.
Ocurre que pese a la liberación formal del precio de los combustibles, YPF que es empresa líder en el mercado con un Market Share superior al 55%, está controlada por el estado que tiene más del 50% de las acciones y ha establecido un techo a los precios. Por una cuestión de competencia el resto de las empresas no pueden fijar valores mucho más altos.
Luego del incremento del 1% establecido por YPF el día 7 del corriente mes (último aumento general para todo el país), la empresa ha comenzado a aplicar una política de variaciones graduales por zonas. Así es que modifica las pizarras de distintas localidad o alguna parte de una provincia, casi siempre en porcentajes pequeños y diferentes, por lo que se hace difícil llevar una estadística exacta de tales modificaciones. Por ejemplo en la Provincia de San Luis ayer la nafta súper aumentó un 2% y el gasoil un 4%. En Santiago del Estero la nafta súper aumentó el 1% y el gasoil el 3%, mientras que en las principales ciudades los precios no variaron después del día 7.
En lo que va del año, los precios han crecido en seis oportunidades acumulando un 25% y desde la liberación en octubre, nueve veces, sumando un 45%. Pese a estas variaciones, en un esquema de liberación los precios de los combustibles al día de hoy, con un barril de petróleo Brent a U$S 73,40 y un Dólar a $ 27,60 se registra un atraso de los valores de los combustibles del orden del 18%. ¿Seguirán las subas hasta alcanzar estos valores? Todo dependerá de la política de precios que adopte YPF.
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