Preocupación por el desabastecimiento de las Estaciones de Servicio blancas
En las últimas semanas se han agravado las dificultades de abastecimiento de las estaciones de servicio blancas, al igual que las de otros consumidores de combustibles a granel que son abastecidos por los distribuidores mayoristas.
La razón es simple: las refinerías les han limitado fuertemente las entregas a los distribuidores y estos no pueden cumplir con la demanda de sus clientes. Por su parte, las refinerías aducen (quizás con razón), que la disparada del dólar y el creciente precio del petróleo, no les permiten a los valores actuales de naftas y gasoils producir al 100%; de hecho una de esas empresas, Puma, sacó de funcionamiento una refinería de Bahía Blanca, afectando así el volumen global de oferta.
Las consecuencias son particularmente graves para las estaciones de servicio blancas que tienen dificultades para conseguir producto y se ven obligadas a perder ventas en los días en que hacen quiebre de stock. Se trata en general de empresas pequeñas, muchas veces familiares, particularmente vulnerables a estos eventos.
Creemos que el Ministerio de Energía debe resolver urgentemente esta cuestión antes de que los afectados sufran pérdidas irreparables. Y el remedio no consiste en hacer relevamientos ni encuestas de las bocas de expendio y consumidores que soportan esta situación; eso es lento y poco expeditivo. Se debe verificar que las refinadoras estén produciendo el volumen histórico de combustible, lo que será una muestra de que el abastecimiento se normaliza. Para conseguir esto, seguramente habrá que resolver la ecuación de dichas empresas; de ser así el gobierno debe hacerlo con la mayor celeridad, a fin de evitar que una vez más el hilo se corte por lo más fino.
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