Cero exportaciones y una producción en picada. ¿Es el fin de una era para el biodiesel argentino o una crisis que ya tiene ganadores claros?
El sector de biocombustibles en Argentina navega en aguas de profunda dualidad, presentando dos realidades tan opuestas que parecen pertenecer a mercados distintos. Mientras la industria del biodiesel enfrenta un colapso productivo y comercial, la del bioetanol muestra una resiliencia y un crecimiento sostenidos.
Esta divergencia, expuesta en el último informe de «Indicadores del sector energético» del INDEC para el segundo trimestre de 2025, no es solo una anécdota estadística, sino la crónica de dos modelos con destinos muy diferentes.

El dato más alarmante se encuentra en la cadena del biodiesel. La producción sufrió un desplome interanual del 30,8%, una cifra que por sí sola encendería todas las alarmas. Sin embargo, el golpe más fuerte se observa en el frente externo: durante todo el segundo trimestre de 2025, no se registraron exportaciones.
Este cese total de ventas al exterior, en comparación con el mismo período del año anterior, representa un cambio drástico para una industria históricamente orientada a los mercados internacionales. El único y leve consuelo provino del mercado interno, donde los despachos aumentaron un 7,5%, una cifra claramente insuficiente para compensar el derrumbe general.

La otra cara de la moneda
En la vereda opuesta, el bioetanol vive una realidad completamente diferente. La producción total registró un sólido crecimiento del 5,8% interanual. Este avance no depende de un solo insumo, sino que se apoya de manera equilibrada en sus dos fuentes principales: el bioetanol derivado de la caña de azúcar creció un 6,9%, mientras que el elaborado a base de maíz lo hizo en un 5,1%.
Este dinamismo productivo responde a una demanda interna robusta, ya que los despachos al mercado local para el corte con naftas mostraron una sólida suba del 9,9% en el mismo período.

Con los datos sobre la mesa, se impone una pregunta: ¿Cuáles son las razones que explican la paradoja? En un ensayo de respuesta posible podemos afirmar que la radiografía que ofrece el INDEC sugiere dos modelos de negocio con futuros divergentes.
Por un lado, el biodiesel, altamente dependiente de la volatilidad y las barreras de los mercados de exportación, muestra una fragilidad extrema ante cambios en el contexto internacional. Por otro lado, el bioetanol, anclado a la demanda del mercado automotor interno y a las políticas de corte obligatorio, demuestra tener una base mucho más estable y predecible.

Más allá de los paradójicos datos oficiales, la duda que persiste es si estamos presenciando un reacomodamiento estructural del sector de biocombustibles o una crisis coyuntural del biodiesel. La respuesta definirá el futuro de miles de empleos, inversiones millonarias y, dando un paso más, el rol de Argentina en la transición hacia energías más limpias. Lmneuquen.com.ar
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