Aumentos de precios en agosto: gobierno vs petroleras

Probablemente el valor neto de naftas y gasóleos no aumente, pero está pendiente un ajuste de los impuestos.

Como era de esperar, y ante la inminencia de las elecciones (en la práctica las PASO lo son), se espera que desde el gobierno se trate por todos los medios de desalentar una nueva suba en el precio de los combustibles, habida cuenta de que tales variaciones (casi siempre para arriba), llegan fuertemente a la sensibilidad social y pueden afectar la decisión a lo hora de emitir el voto. Es lógica la preocupación oficial, teniendo en cuenta que desde hace varios meses las compañías petroleras incrementan sus valores en los primeros días de cada mes.

En la Secretaría de Energía tienen argumentos válidos para su pretensión: los dos factores que más influyen en la formación de precios de los combustibles, el dólar y valor internacional de crudo tipo Brent, no solo no se han encarecido en el último mes, sino que incluso han experimentado  una pequeña baja. En efecto, la cotización del dólar el último día de junio fue de $42.51 y en la actualidad se mantiene en el mismo valor o incluso unos centavos menos, por lo que de no haber variantes en lo que resta del mes, no habría que buscar allí un causal de suba de los combustibles.  Por otra parte, el precio del barril Brent cotiza en aproximadamente US$63 que es el mismo valor del 30 de junio y primeros días de julio. En lo que va del año dicho petróleo ha bajado su cotización en torno al 14%. Incluso la nafta a futuro se está cotizando por debajo de los precios del 30 de junio.

Las petroleras por su parte, relativizan los argumentos oficiales y retrucan que las autoridades nada dicen respecto al incremento previsto en los impuestos que gravan a los combustibles (Impuesto a los Combustibles Líquidos e Impuesto al Dióxido de Carbono), que tienen previsto un aumento que quedó pendiente del mes de julio. En efecto en el mes en curso correspondía una actualización trimestral en función de la variación del Índice de Precios al Consumidor, de la que se aplicó solo una parte para evitar un impacto fuerte en las pizarras de las estaciones de servicio. También dicen que si no aumenta el precio de los combustibles, tampoco deberían aumentar los biocombustibles, de corte obligatorio en naftas y gasóleos. Seguramente los productores de biodiesel y bioetanol, dirán por su parte, que en los últimos meses los valores de dichos productos se han incrementado menos que los hidrocarburos.

En la Secretaría de Energía repiten una y otra vez que el status de los combustibles es de precios libres, lo cual es bastante relativo teniendo en cuenta que la mayor empresa petrolera del país, YPF, es controlada por el estado que tiene 51% de las acciones, y siendo empresa líder con casi un 60% de Market share, es formadora de precios, ya que las otras compañías no podrían establecer precios más altos de los que tienen actualmente si YPF no lo hace, ya que perderían una parte importante de sus ventas.

Ambas posiciones, la oficial y la de las petroleras, ponen nuevamente sobre el tapete un tema central: ¿Cuál debe ser el precio de los combustibles en Argentina? ¿Debe seguir la suerte de la paridad de importación o de los costos de elaboración? Y en segundo caso ¿Cuál debe ser el precio del petróleo para consumo doméstico?.

No hay coincidencias entre los expertos en la materia sobre estas preguntas.

 

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