Las estaciones de servicio afirman que enfrentan «un cóctel explosivo» en Rosario

Desde Faeni y Sesgar advirtieron que con los costos e impuestos la rentabilidad "es cada vez más complicada".

La Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni) advirtió que la rentabilidad «es cada vez más complicada» para las estaciones de servicio en el país, producto de la dolarización de le economía, las cargas sociales y gastos de mantenimiento y seguridad. Algo similar plantearon desde la Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines de Rosario (Cesgar), ya que si bien en la ciudad no hubo cierres masivos, el congelamiento de los combustibles, los costos y cupos de entrega «hicieron un cóctel explosivo».

Según consignó a La Capital el presidente de la entidad, Alberto Boz, los estacioneros pasaron de tener que vender 140 mil a 320 mil litros mensuales para «estar en su punto de equilibrio» y no tener que bajar las persianas, como ya lo hicieron «200 estaciones en los últimos cuatro años» de las 5 mil que existen en el país. En el caso de Rosario, advierten que el modelo de negocio familiar se está acabando y todo se encamina a ser manejado por pocos empresarios.

«Somos pequeñas y medianas empresas que damos trabajo. Y, con cada aumento, las petroleras nos siguen limando el bolsillo, ya que las cargas de estructura nos pasan por encima», precisó Boz para insistir en que «la rentabilidad está complicada».

En tal sentido, precisó que del precio de la venta de combustibles «el 54 por ciento se lo lleva el costo del fluido, el 36 por ciento los impuestos sobre las naftas y el restante está destinado a los sueldos y gastos de mantenimiento y seguridad».

«Estamos saliendo de tres meses en los que tuvimos los precios congelados y ventas deprimidas, lo cual armó un cóctel explosivo, ya que al juntar todas estas variables torna a la situación más que complicada», señaló a La Capital el titular de la Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines (Sesgar), Daniel Giribone.

«Somos pequeñas y medianas empresas que damos trabajo

En ese escenario, Boz agregó que a eso hay que agregar las alícuotas de las tarjetas, que se llevan entre el 1,25 y 1,3 por ciento de cada servicio que abona el usuario. «Las tarjetas están pagando en diez días hábiles que se van a 15, cuando, en otros países, las mismas tarjetas pagan entre las 48 horas hábiles y las de débito en 24 horas», cuestionó Boz.

Por otra parte, Giribone acotó que en Rosario la actividad «funciona al revés» de lo que ocurre en el resto del país. «En otros lugares hay muchas surtidores con pocos dueños, acá son muchos dueños y muchas estaciones ya que hay muchas familias en torno a la actividad», señaló. Y adelantó que ese modelo de negocio «se está acabando».

Sobre la carga tributaria, las empresas propietarias de estaciones de servicio plantearon que tanto a nivel nacional, provincial como municipal «la presión fiscal es muy elevada», al punto que «se cobran tasas por servicios no prestados o para solventar actividades no vinculadas con el sector, que actúa como agente de recaudación».

 

Crédito: La Capital

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