Las Pymes se suman a las quejas de los estacioneros por las tarjeta de crédito
La Federación de Comercio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires alertaron por las altas comisiones que cobran a las pymes por las ventas con tarjetas de crédito y débito.
«Las pyme que trabajan con tarjetas dejan de percibir hasta un 13% de sus ingresos, entre comisiones y costo financiero, lo cual resta competitividad en un momento en el que necesitamos vender más para salir adelante», alertó Fabián Castillo, presidente de la entidad.
Según advirtieron desde Fecoba, el actual esquema impuesto por las dos principales empresas proveedoras de las tarjetas, Prisma (VISA) y FirstData (Masterd Card), agravan el cuadro recesivo que vive el sector.
Los empresarios porteños aseguran que los emisores de tarjetas cobran un arancel a los comercios por cada transacción que se lleva a cabo, las cuales tienen como tope un 2,35% para las transacciones efectuadas con tarjetas de crédito y 1,1% para aquellas realizadas con tarjetas de débito.
En ese marco, remarcaron que además de los costos asociados a las operaciones con crédito, los comercios deben afrontar un costo financiero producto de impuestos y retenciones. «En primer lugar, se paga el 21% del IVA sobre el arancel cobrado por el emisor de la tarjeta, lo cual puede representar un 0,5% adicional sobre la venta, en el caso del responsable inscripto y un costo directo de 0,5%, para monotributistas», subrayaron en un comunicado.
Asimismo, recalcaron que sobre las pymes recae otro costo: el alquiler mensual de las terminales POS que, en promedio, es de entre $ 300 y $ 400 finales. «Este costo se suma a que los emisores de tarjetas, quienes le pagan la compra al comercio, actúan como agentes de retención en concepto de Ganancias, IVA e Ingresos Brutos. Así, dichos emisores dejan de pagarle a los comercios un monto adicional que puede rondar el 7% de la venta total», advirtieron.
Las quejas de Fecoba se acoplan a los reclamos que los dueños de las estaciones de servicio mantienen desde hace meses con las firmas propietarias de las tarjetas. Los estacioneros afrontaron esta problemática a fines del año pasado y lograron que el Gobierno nacional a través de la Subsecretaría de Comercio Interior se interiorice. Sin embargo, la intermediación oficial con los bancos -y ahora petroleras-, todavía no llegó a buen puerto. Se espera para diciembre novedades en esta negociación para reducir las altas comisiones o los plazos de acreditación de las ventas, que llegan a 28 días promedio para las estaciones.
En la Federación porteña se hicieron eco de este reclamo y también piden una solución. «En una venta de $ 100.000, en concepto de arancel el comerciante va a recibir el monto de la venta menos el 2,35% de arancel, es decir unos $ 97.650, a lo cual debe sumarse el pago del IVA sobre la comisión, por lo que deben descontarse casi $ 500 pesos. Para finalizar el proceso, de esos $ 97.150, los emisores de tarjetas retienen aproximadamente 7% en concepto de retención de Ganancias, Ingresos Brutos e IVA. Por lo tanto, de los $ 100.000 iniciales, el emisor de la tarjeta le pagará algo más de $ 90.000», detallaron los comercios pymes.
Por último, los comerciantes resaltaron que estos «descuentos» los padecen en contexto de inflación elevada, donde una porción de la venta se licúa por el plazo de acreditación de 28 días después de la operación. En simultáneo a las gestiones con el Gobienro, los estacioneros proponen modificar la ley que regula a las tarjetas para limitar el porcentaje de comisiones y los tiempos de pago.
Fuente: Ámbito
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