El valor promedio de los combustibles subió 5% en surtidor, mientras que se autorizó una suba de los biocombustibles que tendrán otro incremento de entre 6% y 8%. “Es increíble que otorguen un aumento a los biocombustibles y a los impuestos por encima de la suba del petróleo” protestaron desde el sector de la refinación entre otras empresas, YPF, Shell, Axion Energy y Puma.
En efecto, el Gobierno aprovechó también para aumentar los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) en 6%, y para subir 8% el precio del bioetanol de maíz y biodiesel y 6% el bioetanol de caña. «Nos encarecen el producto y nos aumentan los impuestos. El margen para las petroleras sobre el 5% de aumento es mínimo», se quejaron en una de las empresas.
Desde la misma se indicó que a lo largo del año, los aumentos de precios corrieron por detrás de la inflación general del país y que, salvo un breve período, entre noviembre del año pasado y enero de este año, se han mantenido por debajo de la paridad de importación.
Los nuevos valores de los impuestos a los combustibles quedaron de la siguiente manera (en $ por litro)
Con respecto a la decisión de ayer, la misma busca también prevenir eventuales problemas de desabastecimiento que pudieran ocurrir, según indicaron en la Secretaría de Energía.
Es interesante comprobar que por primera vez luego del congelamiento de precios, el gobierno cuantificó el atraso en los precios, ubicándolo en un 20%, que disminuirá mañana al 15%, luego del aumento autorizado. Las empresas petroleras indicaban un atraso algo mayor.
A partir del próximo jueves 14 de noviembre, el mercado de combustibles volverá a ser libre y no se necesitará de la autorización del Gobierno para aplicar los incrementos; sin embargo se descuenta un acuerdo a fin de no aplicar el incremento remanente de una sola vez. Finalizará así el congelamiento por 90 días, que a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), el Poder Ejecutivo estableció tras la brusca devaluación que tuvo la moneda luego de las PASO.
Desde la Secretaría de Energía dijeron que «con el objetivo de amortiguar el impacto de la finalización el próximo 13 de noviembre, del periodo de vigencia establecido en el decreto 566/2019 en los precios en surtidor [congelamiento], el Gobierno autorizará una suba del 5% de los combustibles y del dólar de referencia para el precio del crudo, que se establece en $51,77», informa el diario La Nación. El texto da margen para preguntarse si la intención del gobierno es autorizar un aumento del 15% en noviembre (remanente del atraso tarifario según la S.E.) o acordar cierto gradualismo.
El de hoy es el séptimo incremento de precios en lo que va del año, que de esta manera acumulan un aumento del 26%, mucho menor al 44% estimado de inflación para el mismo periodo.
Desde que se implementó el congelamiento el 16 de agosto, el gobierno fijó dos variables para la comercialización del crudo: el tipo de cambio y el precio del barril del petróleo. En el mes de septiembre, la Secretaría de Energía había permitido una “excepción” al congelamiento a raíz de la suba del dólar, que se reflejó en un incremento del 4% en los combustibles.
Con este nuevo incremento, el tipo de cambio regulado pasó de $49,30 a $51,77, mientras que el precio del barril de petróleo se mantiene desde el inicio del congelamiento en US$59, un valor similar al precio del barril en el mercado internacional.
A pesar de la brecha que aún existe con el valor de mercado de las naftas, las petroleras señalan que nunca se aplicó un aumento tan brusco de sus valores, ya que todas siguen los movimientos que hace YPF, que tiene 60% de participación del mercado. La suba máxima que se aplicó fue 9,5% en el área metropolitana en septiembre del año pasado.
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