Argentina ante el desafío del hidrógeno

Takeshi Uchiyamada, CEO de Toyota, le propuso el presidente Macri trabajar en la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio para la producción y exportación de este recurso.

Toyota Argentina representa un caso de estudio para la industria automotriz. La marca japonesa viene dando muestras de eficiencia desde hace años, siguiendo a paso lento pero firme los detalles de una estrategia sin fisuras. Ahora, suma un logro más: será la responsable de las operaciones de la División para Latinoamérica y el Caribe, es decir, que Toyota Argentina será la “jefa” de las filiales de 36 países de la región, un mandato que hasta ahora era manejado desde Tokio.

El anuncio se realizó en una reunión entre el presidente del directorio de Toyota, Takeshi Uchiyamada y el presidente argentino Mauricio Macri, donde hablaron de la importancia del crecimiento de la marca en la región y del desarrollo de profesionales locales.

El hidrógeno que se utiliza en la pila de combustible (tal el nombre del dispositivo que los procesa en los autos) se obtiene, por lo general, a través de un camino que tiene como punto inicial el viento: enormes molinos capturan el poder eólico y lo transforman en energía eléctrica que es procesada para obtener el hidrógeno el forma de gas para, luego, comprimirlo para su distribución.

Ese hidrógeno gaseoso es el que se almacena en los tanques de los vehículos de este tipo (como el Toyota Mirai y el Honda FCX Clarity) recargando en las escasas estaciones de servicio correspondientes que existen en Europa y Japón en un proceso que no demanda más de cinco minutos.

Pero, ¿cómo participa el hidrógeno en la propulsión? El proceso es simple. La pila de combustible es el escenario en el cual se realiza la reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno (que toma desde el exterior), y que genera energía eléctrica y agua. Esa electricidad se almacena en las baterías que alimentan el motor eléctrico mientras que el agua sale hacia el exterior por el caño de escape en forma de vapor.

Por supuesto, todavía existen muchos temas por resolver para que el hidrógeno se instale como la mejor solución para la movilidad ecológica. Encontrar una forma de almacenamiento que permita ofrecer mayor capacidad es una de las principales dificultadas a la que se asocia, por supuesto, la autonomía limitada y la escasez de estaciones donde recargar hidrógeno. Superados estos puntos, el hidrógeno tiene todas las posibilidades de ser el combustible de referencia mundial y la Argentina las de posicionarse como uno de sus productores más importantes.

 

Fuente: Perfil

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