Precios de combustibles caen en todo el mundo, pero no en Argentina

El descenso del Brent ya impacta en los importes que pagan en Estados Unidos y Brasil. Bajan en países productores de la región.

El lunes “negro” del petróleo WTI (de producción estadounidense) pasó. Pero ahora el desplome alcanza al petróleo Brent, que es el utilizado en la Argentina para determinar el precio de los combustibles. El barril de esa variedad se ubicaba -el miércoles a la mañana- apenas por arriba de los US$ 21. Hace un mes, estaba en torno a los US$ 29.

Los precios de los combustibles, tanto aquí como en todo el mundo, se miden por el Brent. Y ahora sí están empezando a caer fuerte. En los Estados Unidos, donde los importes divergen mucho según las diferentes regiones, ya hay consumidores pagando a menos de US$ 1 por galón (casi 4 litros). Eso implica cerca de 25 centavos de dólar por litro. Al tipo de cambio oficial, sería el equivalente a menos de 17 pesos argentinos por litro.

Si Argentina hubiera persistido en alinearse con los “precios internacionales” -un camino que inició la administración de Mauricio Macri, pero que luego se discontinuó-, el país tendría que estar pensando en una reducción de precios. Pero el país optó por la estrategia de manejarse con parámetros propios, para cuidar la producción y la recaudación de las provincias. Además, la carga impositiva en combustibles local supera al resto de la región.

En ese sendero, es poco probable que haya disminución de importes en los surtidores, al menos en el corto plazo. La discusión quedará abierta, para después de la pandemia.

«Los precios actuales (de la Argentina) de los combustibles, aunque depende si se lo compara con el dólar Banco Nación, el dólar ‘libre’ o el dólar ‘contado con liquidación’ están por debajo de los valores históricos. Si se bajan, las empresas se caen», explicó Juan José Aranguren, el ex ministro de Energía en declaraciones a «Lanata sin filtro», de Radio Mitre.

«Argentina siempre ha vivido a contramano del mundo. Cuando estaban altos en el mundo, acá estaban bajos porque se aplicaban un esquema de retenciones a las exportaciones, que había decidido la administración nacional. Cuando estaban bajos en el mundo, en la Argentina estaban altos. Acá depende de cómo termine una negociación entre algunos actores del sector y el Gobierno«, dijo Aranguren. Se refería a la negociación por el «precio sostén» o «barril criollo».

Las provincias petroleras y la industria impulsaron la idea de un “barril criollo”. Una discusión preliminar dejaba ese “precio sostén” para la producción nacional en torno a los US$ 45 y establecía congelamiento de importes al público hasta fin de año. Circuló un borrador, no confirmado por el Gobierno, que no gustó a las mayores productoras del sector.

“Hablar de baja de precios en un contexto donde cae 70% el despacho de combustibles es suicida”, afirman los ejecutivos del sector en referencia a la caída por la pandemia. «Hay un desbalance, la industria produce más de lo que la demanda requiere y eso provoca debilidad», contextualizó Aranguren.

En Brasil, Petrobras inició un descenso en los precios para reflejar la actual situación. Si se utiliza como referencia el tipo de cambio oficial, Argentina quedó a 87 centavos de dólar por litro de nafta. Y en este momento supera a Panamá, Ecuador, Colombia, Bolivia, El Salvador, México y Brasil. Solo Chile y Uruguay, que son importadores, quedaron por arriba de la Argentina en la región.

Las refinerías locales están paradas u operando a mínimos técnicos. Las productoras tratan de almacenar y exportar, pero están llegando a sus límites. La decisión de frenar la producción en pozos es drástica, ya que después reabrirlos es costoso y complejo.

Durante la emergencia, el Gobierno no sería partidario de modificar los precios de los combustibles. Entiende que logró que las petroleras resignen margen cuando el petróleo estuvo más alto (entre diciembre y febrero), pero que después pudieron recomponer. En enero, el barril de petróleo Brent estaba más cerca de los US$ 60, y el problemas argentino era el inverso: que los precios locales -los que pagan los consumidores en surtidores- no cubrían los costos de ese barril.

En Desarrollo Productivo están preocupados por los sueldos de los empleados de estaciones de servicio. Allí, operan 4.000 pymes, que son los propietarios. «Es un sector que fue declarado como actividad esencial, pero las ventas les cayeron un 80% o más, así que hay que cuidarlas». detallaron en esa cartera.

Sin embargo, la discusión de los precios locales queda abierta hacia adelante. “Cuando pase la pandemia, las empresas tienen que seguir trabajando”, es el razonamiento del Poder Ejecutivo.

 

Crédito: Clarín        

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