Villa María: La familia Ramonda y una nueva apuesta a la ciudad y al futuro

“Muchas razones para mirar atrás y mucho motivo para seguir adelante” tiene la familia Ramonda, según el lema con el que ayer inauguró la obra de refuncionalización de la estación de servicio que fundó José Luis en 1939, que luego condujo Davo y que hoy llevan adelante Darío y la cuarta generación

“Fundándonos en el pasado vivimos este presente y nos proyectamos hacia el futuro… Ya estamos pensando en dónde estará el lugar en donde nuestros clientes van a enchufar los autos para recargar la batería, en un futuro no muy lejano”, dijo ayer Darío Ramonda.

Lo hizo en los momentos previos a la inauguración de la obra de refuncionalización de la estación de servicio que fundó su abuelo José Luis, allá por 1939.

Los trabajadores de la icónica estación de Rivadavia y San Luis. Ellos, junto a los de la concesionaria de Chevrolet y otros emprendimientos del grupo empresario familiar suman más de 120

En las remozadas y amplias instalaciones de Rivadavia y San Luis se habían dado cita para acompañar y reconocer el esfuerzo del grupo empresario familiar el intendente municipal, Martín Gill; el gerente de Raizen Argentina, licenciataria de la petrolera Shell en el país,  Hernán Momo, y el presidente del Parque Industrial y Tecnológico, Carlos Pizzorno, además de representantes de distintos sectores de la sociedad villamariense, familiares y amigos de los Ramonda.

Para Darío Ramonda, “la concreción de este objetivo es la mejor manera de celebrar los 80 años ininterrumpidos de trabajo en la ciudad y de decir gracias a nuestros clientes, que nos acompañaron a lo largo de las décadas y que no dejaron de venir en estos seis meses, mientras realizábamos la obra, ni aunque tuvieran que hacer marcha atrás para cargar combustible”.

Ramonda destacó que “ya está trabajando en la estación nuestra cuarta generación” (a José Luis lo siguió el consagrado ídolo del automovilismo Davo, más tarde el mismo Darío y ahora su hija Eugenia).

“Dicen las estadísticas que las empresas familiares suelen terminar con la tercera generación, pero por ahí anda correteando y jugando la quinta”, comentó con orgullo y visiblemente emocionado.

El intendente Gill destacó el valor de quienes llegaron a la ciudad “como suele decirse, con una mano atrás y otra adelante” y “se decidieron, fueron emprendedores e hicieron grande a la ciudad”.

“Los emprendedores tienen eso que, como en este caso, les hace ver oportunidades donde  hay dificultades”, agregó.

El representante de Shell resaltó el esfuerzo de la familia Ramonda “en un tiempo difícil”, al tiempo que expresó que para la compañía fue “muy importante la decisión de no dejar de brindar servicios mientras se desarrollaba una obra de semejante envergadura”.

Hubo intercambio de plaquetas entre los dueños de casa y las instituciones presentes, también para un empleado con 30 años de servicio en la firma, Julio Gómez, y para un cliente, Walter Altamirano, quien recordó: “A los 5 años ya venía de la mano de mi padre”.

Altamirano ayudó, desde su memoria, a la reconstrucción de un auto íntegramente fabricado en el taller contiguo de los Ramonda: el Puchito, que por años llevó el número 1 en la Argentina, del que se habían perdido rastros.

“Con los datos que él aportó, los ingenieros ya trabajan y esperan terminarlo dentro de un año”, anunció Ramonda.

 

Crédito: eldiariocba.com.ar

Los comentarios están cerrados.