Se mida como se mida, el precio de los combustibles está atrasado ¿Cuánto?

Hay muchas formas de medirlo: según el costo de elaboración, el import parity, el export parity, la inflación, etc. Seguidamente opiniones de “Montamat y Asoc.” y de nuestra redacción.


Por redacción El Estacionero

El dato se desprende de un informe privado que compara el monto que se paga por los combustibles en las estaciones de servicio locales con el precio medio fuera del país

Tanto la nafta como el gasoil se encuentran “atados” a los aumentos que fueron previamente pactados en el programa “Precios Justos”, de los cuales solo queda uno (3,8% en marzo), al menos hasta que se renueve el convenio.

Disparidades

Según un informe de Montamat & Asociados, consultora que pertenece al exsecretario de Energía de la Nación, Daniel Montamat, mencionado en infobae.com, hay productos que tienen precios completamente desfasados respecto a los valores que se imponen en el resto del mundo.

El caso más notable es el de la nafta súper, cuyo valor es de $187,5 en el Gran Buenos Aires, promediando los precios en boca de expendio de las banderas que operan en esa región. Según la consultora, el precio “import parity” (IP) o “paridad de importación” de ese mismo producto alcanza los $243. Eso significa que existe una diferencia de $55,5 o una brecha del 22% entre el valor de venta de la nafta súper dentro del país y el precio de referencia internacional. Las diferencias sería algo mayor sin la carga impositiva (24,8%), pero como la presión tributaria es mayor en Argentina, la brecha final disminuye al 22% mencionado.

Ciertamente la nafta súper (nafta grado 2 su denominación técnica), es la de precios más atrasados; por eso no es de extrañarse que haya sido el producto de mejor desempeño en las ventas. Sin embargo, la comparación con el import parity, quizás no sea la más adecuada, sino más bien el export parity. Tampoco es exacto que los combustibles en nuestro país sean los de mayor componente impositivo; por el contrario, luego de que el tributo dejara de ser un porcentaje con respecto al valor del producto como lo establecía la ley 23.966, pasó a ser un importe fijo en pesos, ajustado trimestralmente según IPC (inflación), con lo que su incidencia sobre el precio de venta disminuyó; y como si esto fuera poco, el congelamiento por sucesivas postergaciones de los ajustes ha reducido mucho más el peso de los impuestos específicos (ICL y IDC) en valores en los surtidores.

Continúa diciendo la consultora queLos empresarios locales también están en desventaja con la nafta premium, aunque la diferencia es considerablemente menor. De acuerdo al estudio de la consultora, el precio promedio de ese producto en GBA es de $234,47, en tanto que el “import parity” alcanza los $255,97. En ese caso, hay $21,5 de diferencia por litro, que representan una brecha del 8,39%. De todas formas, hay que tener en cuenta que hay muchas estaciones de servicio en Argentina con precios inferiores al promedio. En esos casos, la brecha es mayor. En lo que respecta al gasoil se da una situación similar. La versión “común”, según el estudio, se vende en el Gran Buenos Aires a un precio final por litro de $212,20 promedio, en tanto que el precio “paridad de importación” alcanza los $258. Por lo tanto la brecha alcanza el 17,75% en ese caso ($45,8 de diferencia).

Y finaliza diciendo: “La gran excepción es el gasoil premium (grado 3) que se encuentra un 6% más caro en Argentina que en el resto del mundo. De acuerdo a los datos relevados por los economistas, en las bocas de expendio del país ese combustible alcanza un valor medio de $287,33, mientras que el valor de paridad de importación llega a $269,85. De todas formas, se trata del combustible con menor participación en las ventas de las estaciones de servicio a nivel nacional”.

Pero para los estacioneros, lo que realmente cuenta es la relación entre los precios de venta y la inflación, teniendo en cuenta que su rentabilidad bruta está establecida por la diferencia entre sus ingresos (que a margen porcentual constante depende del precio del producto) y sus egresos o costos, que siguen fielmente a la inflación. Así pues, ante una inflación del orden del 100%, el precio de la nafta super (producto de mayor venta en las estaciones de servicio), solo creció un 66%, acumulando así un atraso del 34%. Esta cifra disminuye algo si se toma el promedio ponderado de los precios de los otros tres combustibles, pero siempre el atraso es importante.

Los comentarios están cerrados.