Costos crecientes vs. márgenes bajos: el gran problema

Cada vez cuesta más mantener funcionando una estación de servicio y aumentan los casos de los negocios en los que “los números no cierran”.

La problemática de las estaciones de servicio va cambiando con el tiempo, pero hay algunos temas que se mantienen y que últimamente se están agravando. Es el caso de los costos asociados a la explotación del negocio, que crecen permanentemente, incrementándose los que ya estaban vigentes e incorporándose otros nuevos. Basta conversar con cualquier estacionero para que el tema surja inmediatamente. Consultamos con el Dr. Luis María Navas, asesor legal de AES  y director de CONTEGAS, quien coincide al respecto:

“Uno de los problemas que más se ve es el relativo a los costos en el giro del negocio. Los márgenes de la venta de nafta y gasoil en términos porcentuales no han aumentado durante años mientras los gastos suben permanentemente y aparecen otros nuevos. Los costos laborales por caso son muy elevados. En Capital Federal y Provincia de Buenos Aires está prohibido por ley el self service por lo que no se podría prescindir de los empleados, de manera que las erogaciones laborales tienen pocas chances de modificarse”.

Efectivamente, más allá de los impedimentos legales, hay  bastantes opiniones en el sentido de que no sería fácil instrumentar el auto servicio por cuestiones sociales (se perderían unos 70.000 puestos de trabajo) y en el caso del GNC, cuestiones técnicas (no sería aplicable este sistema de auto despacho por cuestiones de seguridad).

Pero hay otros muchos gastos asociados a las bocas de expendio que agobian a los empresarios

“Otro costo significativo es el relacionado con la seguridad. Tanto la recaudación de caudales como la presencia de guardias de seguridad, son cada vez más imprescindibles y tienen un costo sumamente elevado” dice Navas.

Capítulo aparte merecen los costos relacionados con los bancos; el elevadísimo costo del crédito, la comisión por depósito en efectivo, el canon de  las tarjetas de crédito, el costo financiero del plazo de acreditación de las mismas y la incidencia impositiva correspondiente al impuesto a los débitos y créditos bancarios, terminan llevándose una parte sustancial de los ingresos de las estaciones.

Según del Dr. Navas, “además hay muchos casos puntuales en los que surgen pasivos imprevistos como el caso del impuesto a los débitos y créditos bancarios; por ejemplo los expendedores de la ex empresa OIL tenían que pagar anticipadamente el combustible y en muchos casos depositaban directamente el dinero en la cuenta de la empresa a fin de evitar el impuesto. Luego tuvieron graves problemas con la AFIP cuando les determinaron la deuda en ese concepto. También se dio un caso similar con estacioneros de la sigla YPF de distintos lugares del país. He tenido casos de determinaciones de cuatro millones de pesos. Obviamente los márgenes han quedado alejados de la realidad de los negocios”.

Evidentemente esta enumeración no es taxativa ni mucho menos, solo se pretende poner de manifiesto que los costos de explotación de las estaciones de servicio vs. los márgenes de comercialización asignados por las petroleras, aparecen como el principal problema de la actividad de expendio de combustibles.

 

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